Alegría entre los aficionados a la ciencia ficción histriónica por este retorno de Leos Carax, (Pola X, Mala sangre), premiado en el festival de Sitges 2012. Con homenajes constantes, como Buñuel o Demy, con planos demenciales y provocadores al aguante del espectador común, llega a su final musical, esperemos que no, de la mano de Lylie Minogue a la que comparsan Denis Lavant, Eva Mendes o Edith Ecob. Fascinante para unos, inútil para otros, la película cuenta la historia de un ser que quiere vivir otras vidas y así se identifica con un magnate, con un padre, con un mendigo, un asesino y con un soldado de vídeo juego. Y otro mas, un vagabundo de cloacas que come flores y seduce modelos. El protagonista vuelve a ir en limusina como despacho ambulante y único punto de conexion con la desmoralizante historia. Carnaval de cementerios, desiertos y carreteras que no van a ninguna parte comfiguran lo que algunos quieren ver como poesía visual. Nada fácil retorno pues de un autor, condenado al ostracismo durante 20 años, solo vídeos clips y un Tokyo colectivo, que vuelve a arriesgar su carrera de talento incomparable con un motor sin aceite ni lubricante
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario