El experimento del novel Robert Stromberg, no pasa de una actualizacion feminista del cuento famoso. En el film prefiere tener una rana que hable que un príncipe azul besado. O sea la venganza de un desamor que solo se redimira por la maternidad. Parece ser que en las múltiples reescrituras de guión, la princesa ha perdido el ejercito que lideraba. Pero este no seria el único problema de dibujo del personaje principal. Lo es también el pesado revoloteo de tres hadas, que piden a gritos la intervención de un matamoscas gigante. Sabemos de la necesidad de insuflar fantasía en los films de animación pero ha de ser minimamente consecuente con la historia que narra. Repleta de homenajes a su predecesora del 1959, huye como el diablo del beso dormido. Si a Disney le funciono el refrito de Frozen, no siempre le saldrá redonda la revisitacion de una buena historia consolidada en el tiempo, actualizando, cuando no cambiando sus valores. Pero para la imagineria popular , los malvados siempre serán malvados y los que pasan por taquilla no quieren que nunca se les de el nobel de la paz. Lo mismo que declara Elle Fanning, que no quiere ser una muñeca rota, sino que da una buena replica a Angelina Jolie, que brilla mas que Imelda Staunton y Sharito Copley.
lunes, 2 de junio de 2014
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