martes, 17 de junio de 2014

Solo los amantes sobreviven

Jim Jarmusch se adentra en el mundo vampirico a través de la música. Un vampiro compone música, compuesta ya por el mismo y el holandés Josef van Wissem. En una secuencia visitan Detroit hablando de la Motown. Tod Hiddleston y Tilda Swinton, son los vampiros ya cansados de los zombies, que es como denominan a los humanos, a los que ya ni chupan la sangre porque la tenemos contaminada. Uno vive en Detroit acumulando guitarras y vinilos, conociendo a Shubert, Keaton, Alan Poe y Iggy Pop y la otra, lectora empedernida, pasea por Tanger en compañía del vampiro shakesperiano John Hurt. De vuelta a Detroit conoce a Mia Wasikowska, una alocada vampira, con quien se enzarza en largas conversaciones. Compartidas con Jeffrey Wright, Anton Yelchin y Carter Logan. Pero no se preocupen que nuestra sangre no les interesa, prefieren comprarla en el mercado de estraperlo. Y a Jarmusch tampoco. Como el sus vampiros están cansados, sin historia, deambulando con inteligencia durante 123 minutos por la mejor película del autor desde Dead Man (1995) según algunos. Premio del jurado de Sitges 2013. La peor para los que pálidos, blancos, salen de la sala ocultándose detras de las gafas oscuras huyendo de la cultura de verborrea.Para superarlos pueden recuperar Bajo el peso de lal ey, Ghost dog o Year of the horse. O Coffee and cigarrettes.





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