En su ambicioso libro La Ciutat del Born. Economia i vida quotidiana a Barcelona (segles XIV a XVIII), el historiador Albert García Espuche cotejó los hallazgos arqueológicos que salieron a la luz durante la construcción de la Biblioteca Provincial de Barcelona con la abundante documentación notarial de la época. Su objetivo era el de restituir una memoria colectiva borrada, de forma abrupta, tras el asedio de las tropas borbónicas en 1714. Partiendo de la voluntad de ese exhaustivo trabajo de reconstruir la cotidianidad y la intimidad de ese mundo desaparecido, Claudio Zulian una radical epopeya histórica de cámara.
BORN
Dirección: Claudio Zulian.
Intérpretes: Marc Martínez, Josep Julien, Vicky Luengo, Mercè Arànega, Joan Bentallé, Josep Maria Alejandre, Berta Errando, Núria Granell.
Género: histórico. España, 2014.
Duración: 102 minutos.
Las trayectorias hacia el desengaño de un calderero acosado por las deudas, su hermana viuda –que encontrará en la prostitución un camino de supervivencia y, quizá, de autoafirmación- y un comerciante obsesionado con controlar el monopolio del tabaco, figuras representativas de tres estratos sociales distintos, parten en tres este relato ambientado en los primeros años del siglo XVII. Born saca oportuno partido de sus elipsis narrativas y se enfrenta, con un rigor alejado de toda crispación, a las servidumbres de ese hiperrealismo digital que casi siempre delata su condición de espejismo. Zulian es bressoniano en su estrategia de reconstrucción histórica, pero decide olvidarse de ese modelo en su dirección de actores: esta es una película de interiores y planos cerrados, de bombardeos y asaltos en fuera de campo, que se remata de manera muy astuta y eficaz con un largo plano fijo que concentra todas las desilusiones que confluyeron en la promesa incumplida de esta potencial etapa de cambio e ingreso en la modernidad.
Born intenta establecer lazos entre el pasado y el presente y propicia un estimulante diálogo entre Zulian y García Espuche a partir de su compartido compromiso con la memoria y la realidad de la ciudad de Barcelona. Merece una particular mención el personaje de veterana prostituta pragmática y libre que compone, pletórica de carnal vitalidad, Mercè Arànega en un conjunto que no en todo momento logra que el espectador olvide el justificado pie forzado de su opción estilística. de Jordi Costa en El Pais.
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