La ingravidez en el cine curiosamente es pesada. Como lo son estos 168 minutos de Christopher Nolan (Memento, Origen), con su ecología de manual, su suspense científico, su gravedad cuestionada, tsunamis en el espacio, nubes heladas, teorías sobre el tiempo otras galaxias y las plagas cómicas que castigan la tierra desde aquel 1929. Un coctel de imagenes que serán importantes en un futuro y que han surgido del guión común con su hermano Jonathan. Nolan, rescatado de Spielberg 6 años antes, en su 2001 particular, al que ha homenajeado con todas sus consecuencias, nos dice que el miedo no se puede programar. El no lo ha tenido al no ocultar su adoración por Kubrick. Como tampoco lo tiene este ex miembro de la NASA, hoy granjero, viudo y con dos hijos, que se embarca en una misión espacial para descubrir otro planeta habitable. Todo el film nace de las teorías del científico astrofísico Kip Thorne, al que se invito a interpretar al maestro de la ciencia, papel que finalmente fue para Michael Caine. Matthew McConaughey, Jessica Chastain y Anne Hathaway y por metraje podría salir el mismo batman, son los otros interpretes elegidos por este londinense visionario.
martes, 11 de noviembre de 2014
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