Jon S. Baird, trata en su film de disculpar permanentemente a su personaje protagonista, un demasiado guionado James McAvoy. Un policía desastroso que pretende subir de categoría con un asesinato como trampolin de la investigación. Desmesurado como el montaje, esperpentico como el rodaje el film se acerca mucho mas a la parodia que a la critica de las instituciones policiales. Una paranoia que interpreta bien el actor psicópata, en su paseo por las catacumbas de la conciencia humana. El autor de la novela Irvine Welsh (Trainsporting) titula Filth que es policía en escoces y excremento en ingles. El film vertebrado alrededor de una voz en off tiene también una estética muy interesante y vertiginosa. Miedo, asco y rechazo en Edimburgo es lo que nos transmiten también Jamie Bell, Eddie Marsan y Imogen Poots.
sábado, 1 de noviembre de 2014
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