Una película para tratar el tema de las entrevistas políticas con un poco de humor que no tiene, pero que su coincidencia con hechos internacionales la hace si mas no curiosa que comprometida. Comedia de Seth Rogen y Evan Goldberg, guionistas de todas las superjuergas de Hollywood,no pueden evitar pisar la lineas rojas, especialmente la gay, la escatología y la palabrota gruesa que pesan demasiado otra vez sobre el relato, como en la huida de Corea del Norte, donde también ocurren cosas sin sentido. James Franco, Seth Rogen el mismo y Lizzy Kaplan rinden a la perfección sus papeles consiguiendo risas y parodias de shows televisivos realmente brillantes. Cameos como Eminem, Rob Lowe o Joseph Gordon-Levitt destrozan con merito sus propias imagenes publicas. Pretende la película ser también un grito a favor de la libertad de expresión. Y ya son dos cosas demasiado importantes para solo 111 min. Suficientes para enfurecer a las autoridades nordcoreanas, hacer terrorismo informático y poner a la cola de los discrepantes violentos de las caricaturas. Entonces ha sido útil.
martes, 10 de febrero de 2015
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