Guy Ritchie nos ofrece una precuela de la famosa y divertida serie (1964-1968) que protagonizaban Napoleón Solo i Illya Kuryakin. Dos espías de la CIA i KGB, unidos para afrontar el peligro común Uno tranquilo, el otro violento, tanto que se apodan conwboy y peligro. Les dan rostro esta vez Henry Cavill y Armie Hammer. Correctos pero superados por una inteligente Alicia Vikander que oficia la función de hija de científico nazi desaparecido junto a Hugh Grant. Guerra fría impregnada de misiles caducados y con el color de la música e imagenes de los 60. Un humor culto y trabajado se pone de manifiesto en la escena del camión, donde Solo descansa con un buen chianti mientras Illya huye enloquecido en una lancha rápida.
Para completar la cultura histórica de la serie se diversifica de vez en cuando la pantalla con imagenes retrospectivas. También dota Ritchie al film, proclive a esto, jugar con las tendencias sexuales de la pareja protagonista y de la que gracias a Ritchie conoceremos sus orígenes, o sea de los denominados aquí El agente de CIPOL. Con lo que se paso de Comando Unido de la Red de Derecho y Ejecución a Comisión Internacional Para la Observancia de la Ley. Ahora Un nuevo Clan Levanta Espías. Sin tantos preámbulos la serie había pasado a al cine en Espía con mi cara.
Para completar la cultura histórica de la serie se diversifica de vez en cuando la pantalla con imagenes retrospectivas. También dota Ritchie al film, proclive a esto, jugar con las tendencias sexuales de la pareja protagonista y de la que gracias a Ritchie conoceremos sus orígenes, o sea de los denominados aquí El agente de CIPOL. Con lo que se paso de Comando Unido de la Red de Derecho y Ejecución a Comisión Internacional Para la Observancia de la Ley. Ahora Un nuevo Clan Levanta Espías. Sin tantos preámbulos la serie había pasado a al cine en Espía con mi cara.
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