Lee Toland Krieger elige el melodrama con picelada de ciencia ficción para fabular con un producto distinguido sobre el amor y el tiempo pasado. Si el film fuera un hotel diríamos que tiene encanto. Blake Lively es la mujer de 30 años que busca el amor de su vida. Lo encuentra al dar el beso a la rana Michael Huisman, que la ayuda a olvidar su pasado hasta el fin de semana familia donde todo puede reaparecer. Lo cuidado de la producción, su melancolía a espuertas, la hace ligeramente aburrida, en algunas fases asfixiante. El poder de visionar un accidente en la nieve en verano con relámpago incluido la ayuda a mantenerse eternamente joven a partir de aquel momento de su vida. Y así viaja por la historia mundial cual marmota que ya sabe todo lo que puede ocurrir sino comete muchos errores. Confirma desde luego la tendencia cinematográfica de nacer al revés, resucitar hacia el nacimiento y vivir en definitiva al revés para poder rehacer los entuertos realizados hasta el momento. No envejecer, sino al contrario, ser inmortal sin tener que morder a nadie y vivir con la tranquilidad que debe dar saberse inmortal. Para poner a todos en su mundo mas o menos real,el director hace descender a la tierra a Harrisson Ford, que envejece magníficamente.
sábado, 1 de agosto de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario