Flash-backs sin parar, si querer detenerse demasiado en el holocausto, Radu caricaturiza en demasia la tristeza y el lloriqueo en un argumento armado en la coincidencia. Tanta que a la fin, nada nos importa nada excepto el amor. Con vitalistas interpretaciones el amor nace en una poblacion polonesa entre dos jovenes,. Ella, Alma, vivira una compleja vida de viajes, marido, emigracion, hijos y recuperacion del manuscrito de su novela. Azucar, ternura y el mayor maor dle mundo llenan de gomina los 134 minutos del autor d El tren de la vida. En la Nueva York del siglo XXI, Leo, un anciano inmigrante judío polaco, pasa los días recordando el gran amor de su vida. A pesar de este pensamiento nostálgico tiene una vida alegre, gracias a la compañía de su amigo. Al otro lado de la ciudad, Alma es una adolescente que vive su primer romance y busca una cura sentimental para la soledad de su madre. El manuscrito de un libro viajará desde la Polonia de los años 30 hasta Central Park para cruzar sus caminos. En su nueva película, Radu Mihaileanu (La fuente de las mujeres) continúa explorando, como en sus anteriores trabajos, el espíritu de libertad. En esta ocasión es la sentimental, representada a través de las vivencias de un anciano polaco atrapado en los recuerdos de su gran amor, del que la Segunda Guerra Mundial le separó. Sin embargo, la adaptación de la novela de Nicole Krauss, no sólo se centra en las divertidas peripecias de este simpático enamorado y su díscolo mejor amigo, sino que juega con varias historias entrelazadas a lo largo de décadas, que convergen gracias a un vetusto manuscrito para hablar no sólo de esta poderosa emoción, sino también del sentido del humor, la identidad o la dignidad humana como antídotos contra la tragedia. Los veteranos Derek Jacobi (Cenicienta) y Elliott Gould (Ruby Sparks) lideran un reparto que también cuenta con Gemma Arterton (Su mejor historia) y Sophie Nélisse.
martes, 26 de septiembre de 2017
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