viernes, 10 de mayo de 2019

Vitoria, 3 de marzo

Vitoria, 1976. Un movimiento asambleario va tomando forma a raíz de una enconada huelga de trabajadores que demandan aumentos salariales. En la iglesia de San Francisco, en el barrio obrero de Zaramaga, cientos de personas se reúnen para luchar por sus derechos, algo que ni patronal ni autoridades están dispuestos a permitir. Begoña y su familia serán testigos y tendrán que tomar partido en un conflicto saldado con cinco muertos que, igual que a la ciudad y al país, les cambiará para siempre. Curtido en la televisión (Compañeros) y el cortometraje, el director Victor Cabaco afronta su primera experiencia al frente de un largometraje con Vitoria, 3 de marzo, un drama histórico que cuenta el terrible suceso ocurrido en la ciudad vasca en 1976, cuando las violentas cargas policiales que intentaban impedir una asamblea de trabajadores terminaron con más de ciento cincuenta heridos y cinco muertos. Sustentado por un minucioso trabajo de documentación, estos acontecimientos que mancharon de sangre la Transición española son contados a través de los ojos de una joven y su familia de clase media acomodada que, ante la gravedad de los hechos, se verán obligados a escoger bando en una decisión que marcará sus vidas. Rodeados de papeletas, pasquines,octavillas , scrachers, asambleas, octavillas y lemas de protesta, es muestra quiza actual todavia, de la intervecion de algunas policias. Al fondo canciones de Paco Ibañez y sobre todo Campanades a mort de Lluis Llach. Con el doble objetivo de que los que protagonizaron aquel aciago miércoles del 76 se sientan identificados con este relato, y que las nuevas generaciones conozcan lo que realmente ocurrió, la cinta cuenta muchas pequeñas historias personales (basadas en testimonios reales) y se apoya en un cuidado diseño de producción. Amaia Aberasturi (Víctor Ros), Alberto Berzal (El hijo del acordeonista), Ruth Díaz (Tarde para la ira) o Mikel Iglesias son algunos de los que dan la cara.

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