lunes, 25 de febrero de 2008

Uno de los dos no puede estar equivocado

Cuando hablamos de Erice o Guerin nos lo olvidamos. Pablo LLorca rompió moldes con La cicatriz y La espalda de Dios, pero a mi me gustaron mas Los jardines colgantes o Todas hieren. Convirtió a su musa Leonor Walting en nuestro mito y hasta hoy. Ahora nos reune con el diablo. Con un diablo de actor llamado Luis Miguel Cintra, habitual de Manuel de Oliveira, que en una habitación se enfrenta a un escritor, Alberto Jimenez quien además tiene un amor, Mónica Lopez (en Zoo la veo fatal) de quien se ha enamorado en Beirut y la ha seguido hasta Madrid.
En el film aparentemente distante, en espiral, idílico se produce un fenómeno de evolucion que lo convierte en cercano, profundamente emotivo, verídico sin perder, en un alarde de virtuosismo, su tono fantasioso, transgresor y sin duda severo y distendido.
Cruel especialmente cuando afronta el tratamiento de las campañas electorales en television, que conexion con la realidad cuando de fondo estoy oyendo el pesado, cacareado y redundante debate de la 1. Extraño equilibrio el de este director entre el documental y la abstracción, entre la ficción y el artificio sin dejar por un instante de ser radical. Todo me lleva a la 2 y me entrego a otra maravilla de Oliveira, Un filme hablado. Lastima que tampoco domino el portugués.

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