La dirección de cine es un don que de momento no tiene Verónica Chen. La locura es difícil de exprimir y hay que tener habilidad para que no mostrarse totalmente ineficaz. Copiar es libre pero sin talento es demencial. Es el caso de los insertos animados de rebajas, rollos de cámaras de seguridad y efectos visuales que insuflan mas confusión al fiasco narrativo.Los dibujos animados como cuerpo del cine negro es una propuesta inverosímil que aquí hermana mafias chinas con una raza de conejos mutuantes y todo ello en Argentina. Fantasía para retratar la corrupción bonaerense y que como mínimo merecería una protesta oficial del embajador chino.Haien Qiu, Lucinano Caceres, Gloria Carra desconcertados en medio de esta enloquecida y coloreada película. He dicho Película?.
lunes, 14 de octubre de 2013
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