El biopic de Tim Burton sobre la vida de la pintora Margaret Keane, famosa los años 50 y 60 por sus rostros de niños con grandes ojos y suplantada por su marido seria un gran film sino: No aprovecha la historia para reforzar la lucha por liberación la de la mujer ni defiende el arte como bien común y no solo un derecho del macho.Cae en demasiadas ocasiones en los cliches de nuestras revistas de famosos. Ni el relato plano ni el juicio con el marido Walter defediendose a si mismo en una escena histriónica e incontrolable, tienen textura dramática solida. Eso si, un baño técnico de luz y color y unas interpetaciones, Amy Adms y Christoph Watlz magníficos como los de su época en la ficción. Con Burton esta vez no han lucido los guionistas Karawzewski y Scott Alexander (Ed Wood, Flint o Kaufman) y por suerte solo se ha permitido la escena onirica de la huida en el mercado. El director de la estética bizarra (Charlie y la fabrica de chocolate o Alicia en el país de las maravillas) ha perdido su don. Lo buscan en el film demostrándose amor por la pintora figurativa, Dany Huston, Jason Schwartzman, Krysten Ritter,Trence Stamp, Jon Polito y Emily Fonda.
sábado, 27 de diciembre de 2014
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