Jauja

Amor a la tierra. Y para mostrarlo, Viggo Mortensen se pasea por ella buscando a su hija. Como lo hubiera hecho en el lejano Oeste. Es un general danés encargado por el gobierno argentino de dirigir la lucha contra los indios de la Patagonia en el siglo XIX. Pero su hija de 15 años  huye con un soldado. Jauja es el nombre de un pais imaginario en el que nunca se trabaja. El argentino Lisandro Alonso busca la integracion del hombre en el universo, como en la larga secuencia del protagonista descansando bajo el firmamento. Cambios de rol en escenas rupturistas como la mujer en la cueva, rupturas civilizadas y otras que no hasta llegar a un final sorprendente e inesperado. Podría ser un western existencialista, como lo consigue la fotografía de Timo Salminen y muchas secuencias de Viggo a caballo. Un tempo aletargado que parece el doble y un guión sin contenido que solo sirve para mostrarnos las inconmensurables imagenes. Personal, exasperante o no, a cualquier riachuelo o canto de pajaros o una comida en un bar, le puede dedicar tranquilamente 10 minutos. Al políglota militar Mortensen, incansable en su búsqueda familiar, le acompañan breves momentos GhitaNorby, Adrian Fondari y Villbjork Malin Agger.