La capacidad de deslumbrar y de ser el protagonista, del director Xavier Dolan (Yo mate a mi madre, Los amores imaginarios) es a la vez el atractivo y problema de esta cinta. Quinto film, premio del jurado de Cannes ex equo, de este autor de Quebec de 25 años que ajusta cuentas con su breve pasado. Madre viuda, hijo con síndrome de ADHD y vecina muda intentan resolver el desorden en que los mantiene el disperso director. Todo ello obliga a estar muy pendiente de Anne Dorval, Antonie Oliver Pilon, Patrick Huard y Suzanne Clement. Talento apagado por errores y por un exceso de histeria colectiva que se superponen a las emociones personales apagandolas hasta hacerlas imperceptibles. Como un almodovar canadiense, el amor del film se diluye en nervios, locura y crispaciones muchos de los 134 minutos en que se exhibe.
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