Para quien esta condenado a ser recluido en su casa por hacer cine disconforme con su régimen político, conducir un taxi por su ciudad es la libertad. Con una música también libre, Eno creo, nos muestra en su habitaculo, la desgracia de otras personas y su desarraigo intelectual de su país. Hablamos de Jafar Panahi, (Esto no es una película), cuyo talento impresionante se ha valorado esta vez con un film de solo 30000 euros. Revolucionario, oso de oro en Berlin y a pesar de la tragedia personal, profundamente divertido. Lo mejor, como cuenta a su sobrina en el taxi, como hacer cine en Irán, naturalmente sin tocar el tema político ni social. Hana Saeidi, ella recogió el Oso, recuerda como el 2001, cuando todavía podían viajar, estuvieron en BCN. Su arma era la cámara en vez de un fusil ametrallador dijeron. En su tercer film clandestino, Jafar sigue provocando contando las miserias de la vida en este Iran, de la delgada linea roja entre el arte y la libertad y del drama de rodar en cautividad. Taxi movie sin titulos de crédito por seguridad, rodada con 4 camaras en el salpicadero del automovil, Panahi, hace como que entrevista sus clientes. Algunos lo reconocen y saludan otros le echan en cara su poco conocimiento de la colorista ciudad. Bajo vigilancia (Closed curtain), este incansable luchador sigue buscando por el medio que sea que le ofrecen este caso el cine, la libertad. La suya y la de su país. Ahora, desde la ventanilla de un taxi y bajo una gorra.
lunes, 12 de octubre de 2015
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