viernes, 12 de febrero de 2016

el boton de nacar

Un guión cogido por los pelos es lo que sustenta a Patricio Guzmán para, exultante el, contarmos cosas del universo,, metamorfosear con la inmensidad desde los mares y aburrirnos con una narración de dormidera. Eso ayuda pero a soportar las impactantes imagenes que creo el asesino chileno con sus matanzas en los raíles del tren o echando los precadaveres al mar desde un avión.. Para no reincidir en las historias terribles que hemos ido conociendo a lo largo de estos años, el director nos la cuenta parodiando el genocidio de las tribus indígenas del a patagonia finales del XIX. Una revisión oportuna pero torpe de unos hechos , que por espantosos no deben ser tratados con inaptitud. Segunda entrega de una trilogía sobre aquella atroz dictadura, que se deben olvidar nunca. Un documental eminemtemente político, compañero de aquellas, "La batalla de Chile", El caso Pinochet, Nostalgia de la luz, Salvador Allende, En el nombre de Dios y Una historia chilena, y que parece difícil encontrar un director compromeido con su existencia y saber transmitirlo con imagenes mas cohesionadas.
El océano contiene la historia de la humanidad. El mar guarda todas las voces de la tierra y las que vienen desde el espacio. El agua recibe el impulso de las estrellas y las transmite a las criaturas vivientes. El agua, el límite más largo de Chile, también guarda el secreto de dos misteriosos botones que se encuentran en el fondo del océano. Chile, con sus 2670 millas de costa y el archipiélago más largo del mundo, presenta un paisaje sobrenatural. En ella están los volcanes, montañas y glaciares. En ella están las voces de los indígenas patagones, los primeros marineros ingleses y también los prisioneros políticos. Se dice que el agua tiene memoria. Este film muestra que también tiene una voz..

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