Entre la fuerza de Derzu Ursala y la potencia de imagenes de Jeremiah Johnson, Alejandro Gonzalez Iñarritu logra su film mas audible, personal, con estilo y mensaje asequible, a veces en un cartel colocado no tan discretamente en el mas puro estilo Berlanga. Un rodaje durisimo, un frío extremo y unos actores entregados a sus funciones de calentar los fotogramas, impactan en el espectador que solamente se sentirá seguro en el vientre ensangrentado de un caballo. Una historia apasionante de venganza y odio, -su pareja india y su hijo son asesinados.-, rodada durante 160 minutos, 300 kilómetros para el actor, en las agrestes y escarpadas de parque natural de Yellowstone, convertido en una protagonista mas con la nieve , la lluvia y el barro. Por ellos y por el oso terrible que le destroza, puede ser que recoja Leonardo di Caprio el Oscar al fin. La mirada de Iñarritu, siempre buscando un estilo y personalidad se puede posar tanto en una iglesia abandonada como en un espíritu hallado en medio de la nieve pisada. Panorámicas excelsas, apocalipsis de ajedrez, etnias enfrentadas y una naturaleza juguetona con la vida d animales y hombres acunan algunos paisaje oníricos que relajan, alargan y duermen un poco el film, ante la indiferencia de la biología. Un western violento pero contenido en su desarrollo, que logra no cruzar la delgada linea roja de los finales de tarantinianos. El cazador con trampas Hug Glass, ha renacido, otra traducción de algún iluminado del marketing cinéfilo, en este thriller mountain snow movie de supervivencia, junto a los también candidatos Tom Hardy, Will Poulter y Domhnail Gleeson.
jueves, 11 de febrero de 2016
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