Decía la critica el primer Zoolander el 2001, sosa, nada, torpe, indigerible, sin empuje, un traje mal cortado, pero según gustos también alabanzas. Pues lo mismo valdría para hoy. De aquellos barros estos lodos.Ben Stiller tiene golpes de genio que no se ven por el polvo que levanta el derribo de la película. Y te ríes de vez en cuando al ver los intentos hipertroficos de arremeter contra todo, de ofrecer un cameo cada dos escenas, de deslumbrarnos con una estética retro y descubrirnos que "nuestra" Penelope Cruz, en su punto perfecto de madurez, también tiene su que cómico. En el apartado musical, si el primer film gozaba del llorado Bowie, aquí es la pieza Relax , la que ameniza los coqueteos de la mano de Sting. Una fiesta que gustara a los y para los que se ha diseñado. Que 15 años no son nada no es verdad. Han pasado para Stiller, y han aumentado proporcionalmente los errores tanto de interpretación como de calculo y plantificación de cámara. Su protagonista esta cansado y su familia perezosa e indiferente. Burla del mundo de las pasarelas y la moda en general en que se mueven los actores, que producen mas pena que gloria, Will Ferrell y Owen Wilson, Kristen Wiig o Christine Taylor. Lo que fue un relativo fracaso artístico y comercial es hoy quieras o no es un film de culto. Y después de 100 minutos, dudamos en que contenedor hay que dejarla. Y al irnos. miramos por si hubiera la 1a. Zoolander para recordar los gags de la escuela y a maqueta y el del ordenador y la obtención de datos.
martes, 16 de febrero de 2016
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