lunes, 3 de febrero de 2020

dios es mujer y se llama Petrunya

Petrunya es una mujer de 32 años a la que cuesta encontrar trabajo. Decidida a cambiar las tornas de su vida, se atreve a participar en un ritual de su pequeño pueblo de Macedonia donde los hombres se lanzan al agua para encontrar una cruz, lanzada por un sacerdote, que, según dice la tradición, da un año de buena suerte a quien la consigue. Tras hacerse con ella, Petrunya se convertirá en el blanco de las iras de una sociedad todavía anclada en el machismo. Sin embargo, ella se mantendrá firme. En 2014, una mujer se atrevió a participar (y ser la vencedora) en la ceremonia de la cruz, un antiguo ritual de la Epifanía ortodoxa en el Este de Europa donde, cada 19 de enero, los hombres se lanzan al agua en busca del preciado premio: una cruz de madera que, según se dice, concede un año de buena suerte. A partir de la tormenta mediática que provocó este suceso, ocurrido en el pequeño pueblo de Stip (Macedonia), y que puso en evidencia el machismo imperante en este país, la directora Teona Strugar Mitevska (The Woman Who Brussed Off Her Tears) compone una divertida historia protagonizada por un fuerte personaje femenino que se rebela contra el rol al que le ha relegado una sociedad patriarcal. Dios es mujer y se llama Petrunya hace de un ácido sentido del humor la mejor herramienta para transmitir un poderoso mensaje feminista de igualdad y justicia para ambos sexos en esta sátira que también habla sobre la difícil relación entre tradición y modernidad. La cómica Zorica Nusheva debuta con un personaje entrañable con este film en el que también participan Violeta Sapkovska (Lazar), Labina Mitevska (When the Day Had No Name) y Suad Begovski. Una mujer repudiada por su familia, se ve metida e un embrollo, cuando es detenida por entrometerse en una ceremonia religiosa reservada a los hombres. Para evitar un mayor escandalo la enicerran en prision tipo western. La accion realizada en enero, sirve para denunciar el machismo imperante en estas regiones del este en las que, solamente una mujer. podra elegir marido si le ha tocado la cruz. Lanza la cruz un alto cargo eclesiastico al agua y siempre la recoge un hombre. Esta vez no. Y Petrunya decide su alrededor mas que un film tiene una sociedad intolerante. Macedonia pero como tantas. Reconocida en Sevilla y Berlin.

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