Roy Andersson (Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia), uno de los cineastas europeos más carismáticos e inclasificables, vuelve a reflexionar sobre la vida y la naturaleza humana . Fiel a lo que ya se ha convertido en su sello de autor, el sueco dirige una serie de escenas independientes, cotidianas en sus respectivos contextos, en 80 minutosque terminan formando una coherente galería cinematográfica donde las bellas imágenes alcanzan la categoría de arte. En la película, una narradora sirve como hilo conductor de estas diferentes situaciones que tratan temas como la juventud, el amor, la guerra, la muerte, la desesperación, la pérdida de la fe y, en definitiva, la vulnerabilidad de la existencia, dirimiendo la comlejidad de la vida Todo ello es abordado con una perspectiva poética y casi onírica, en la que hay cabida para grandes dosis de un agridulce sentido del humor que, incluso en los momentos de mayor desolación, consigue encontrar un rayo de esperanza. Los debutantes Martin Serner, Jessica Louthander, Tatiana Delaunay y Anders Hellström lideran el reparto coral de esta cinta premiada en el Festival de Venecia, Sevilla y el cine europeo. Una pareja sobrevuela el cielo de una ciudad de Colonia devastada por la guerra. Camino de una fiesta de cumpleaños, un padre se agacha para atar los cordones a su hija bajo una lluvia torrencial. Unas adolescentes bailan delante de un café. Un grupo de soldados marcha en medio de la nieve hacia un campo de prisioneros. Como si de Las mil y una noches se tratara, una narradora relata estas historias intrascendentes que, en el fondo, guardan la esencia pura, bella y cruel de la existencia humana.
miércoles, 5 de febrero de 2020
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