Fascinante fotografía de la Barcelona anarquista y modernista, en la que todavía se perpetuan las enormes diferencias y clases sociales. Sabemos ahora como interactuaban divos y publico, como gestionaban los negocios y como el poder compartia platea hoy con esposa, mañana con amante. Era la pura exhibicion del poder político, militar, pero sobre todo económico, de forma salvaje y ostentosa, frente al resto de la denostada sociedad.
En clave de cine negro, Balague consigue no sin esfuerzo, poner el solfa el documento del sangriento atentado del Gran Teatro del Liceu en 1983, por un iluminado anarquista, Santiago Salvador, cuya reconversion al catolicismo y posterior ajusticiamiento, también quedo fijado en la memoria popular. El proyecto, anterior a la exitosa La casita blanca, cuenta que se organizaban tranvías directos al estrado del garrote vil al excesivo precio para la época de una peseta.
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