Bebe el director de los films bélicos propagandistas de la segunda guerra mundial, sin conservar un ápice de su ironía que los hacia soportables y vendibles. Cuando pedimos contenido de protagonistas no quiero decir que se mojen besándose bajo la lluvia.
Si hubiera dicho al principio que el autor de la novela es Nicholas Sparks, autor de Mensaje en una botella, habríamos adivinado que su historia iría como siempre de cartas o diarios sentimentales, bodas imposibles, felicidad truncada por alguna desgracia irreparable y promesas de lágrima fácil, querido Lasse. Y que no es el autor de Las normas de la casa de la sidra.
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