Me cansan los profetas que vienen a vender algo o a salvarnos. Pero este de Jacques Audiard es frances. Y mesurado, etereo, multirracial, se venderia por un plato de lentejas, aparece sin musicas estridentes, personaje de autor, oscarizable y el film con ritmo tiene cierre logico.
Sobrevive sin ser malparido, se lame sus heridas y se siente preso de una red de culpas ajenas, rodeado de autoridad y dominado por un entorno en el que curiosamente se siente cada vez mas comodo. Se bebe su soledad en algunas escenas de fantasia que seguramente querian hacer un film de festival. Niño crecido en la carcel, superando pruebas de la mafia corsa y arabe, lograra ver mas alla.
Convincente y magica interpretacion de Tahar Rahim, Niels Arestrup y Gilles Cohen en lo que podriamos llamar un policiaco frances, virtuosa en Cannes, hablan del delito y la muerte en esta tierra de nadie y hostil que son las carceles. Hablan de las servidumbres y las relaciones de una sociedad estructurada al margen de la real y que queda suficientemente explicada a los largo de sus 154 min.
jueves, 4 de marzo de 2010
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