Saben de mi desprecio mas absoluto por los films de asesinos. Introduce este de Andrew Dominik una componente sociopolitica centrado en el enfrentamiento electoral de Obama i Bush. Cegado por la interpretaciones de Brad Pitt (productor) y Scoot McNairy, abandona la sana sátira de El asesinato de Jesse James por el cobarde..., y le tapan las interpretaciones las bajezas poco sutiles del guión. Sin contemplaciones el verdadero interés esta en como se roban soberbias escenas Ray Liotta, Sam Shepard, Richard Jenkins, Ben Meldenshon o James Galdonfini. Todos reflexionan sobre el típico asesino en una trama de ladrones y mafiosos del juego, poker y torpes jugadores. Pitt es un asesino frío, de encargo, profesional y sin motivos personales. Listo y cumplidor de contratos con letra pequeña y sobrio, no soporta que sus victimas griten, supliquen o pidan clemencia. Por eso sus tecnicas suaves, despiadadas y expertas. Otra exaltacion del crimen. Esta vez como negocio.
martes, 25 de septiembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario