Uno va a ver el film de David Ayer (Training day, Dueños de la calle), con la ilusión de encontrarse con el soldado Ryan o la batalla de las Ardenas. Incomprensible titulo para un film llamado Fury que es el nombre que llevan los habitantes de un Sherman M4A3E8 en su cañón y cuyas aventuras bélicas les llevaran casi al corazón de Berlin en la Segunda Guerra Mundial. La otra finalidad de estos cinco hombres es proteger al recluta que se les ha colado a ultima hora y que ocupara una de las torretas delanteras en el claustrofobico habitáculo de hierro y bombas. La guerra desde un tanque es según Ayer, como si te explotara en la cara un castillo de pirotecnia mientras los alemanes desfilan por tu lado marcialmente en retirada. Sin conocer nada de ningún personaje, no nos da tiempo en 134 min. de hacer amistad con alguno de ellos ni casi llegar a conocer su filosofía sobre la muerte. Brad Pitt los comanda con eficacia, silencio y locura asesina en su defensa. Homenajes y escenas de guerra ya conocidas y matar por matar para sobrevivir. Estética de videojuego menos en el tramado almuerzo invasor con cama incluida y la violencia para condenar el nazismo merecedor. Experiencia horrible esta de luchar desde un tanque que no sea de los violentos de Kelly y para acabar sabiendo que la guerra convierte en bestias a los hombres en este caso encerradas. Para ahorrar efectos especiales, niebla a mansalva y para componer el quinteto de la muerte blindada Shia Labeouf, Logan Lerman, Michael Peña y Jason Isaacs, demostrando que donde se vive mejor en una maquina con cadenas transportadoras es fuera.
domingo, 11 de enero de 2015
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