Honesto debut de Russell Crowe con este film australiano/turco. Quizá por interpretarlo el mismo elude por omisión las referencias, imprescindibles al marco de la historia, por ejemplo, el genocidio armenio de 1915 y se apoya demasiadas veces en coincidencias dificiles de darse con personajes poco consistentes, algunos. Todo sujeto a una relación amorosa que sustenta el toque romántico del bélico film. Me da que en proximas realizaciones, Crowe proveerá de mas emoción y mejorara la técnica de la narración, dejando atrás a este hombre hundido por el suicidio de su esposa y la muerte de tres hijos en la batalla de Gallipoli, donde en 4 dias murieron 4000 soldados australianos y neozelandeses y 7000 turcos. Nuestro hombre, que encuentra unas fotos y un diario, viaja a Estambul donde ayudado por un viejo comandante turco, buscará un hijo que cree vivo. Tampoco la situación de perdón, y sacrificio daba para muchos análisis psicológicos. Unos paisajes deslumbrantes, planos llenos de color y visiones espirituales rodean y cobijan a este héroe que tiene la capacidad de detectar acuíferos. Una historia humana que se alimenta solo de agua y de donde beben, el propio Russell, granjero y zahori australiano, Olga Kurylenko, Jia Courtney e Isabel Lucas con Yimaz Erdogan. Era complicado en 111 minutos compendiar estos hechos reales, bélicos, románticos, geopolíticos, culturales y épicos que nos propone el film. Y tiene su merito.
sábado, 25 de abril de 2015
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