Otra buena película sobre hechos reales con el morbo de la intriga, el drama, la historia, el proceso judicial y las implicaciones en el negocio del arte que siempre proporciona el nazismo. Si que Simon Curtis (Mi semana con Marilyn), banaliza el asunto en algunos momentos para darle mas salida, pero cuando no tensa la cuerda con los flashbacks siempre inquietantes de la guerra, la magnifica otra vez en un personaje histórico Hellen Mirren, sostiene la cinta. Lleva peor la relación con su abogado (Randy Schoenberg) que defiende ante los tribunales austriacos, con un proceso muy cuidado en los detalles, la tela de un Klimt expoliado por los nazis y otras obras. Un cuadro que representa a su tía, pero lo importante del proceso es rehabilitar a la familia, restituir su memoria y reconstruir el puzzle de la causa judía,en el que el gobierno austriaco estuvo fuertemente complicado. La real Maria Altman consiguió con su proceso, que el Adele Bloch Bauer, de Gustav Klimt 1907, este hoy día en Nueva York. Esta judía sobreviviente austriaca y emigrada lucho con todas sus fuerzas para completar en una pequeña parte la mdel hecho artístico. Comparten con ella el film Ryan Reynolds y Daniel Bruhl y Tatiana Maslany.
jueves, 16 de abril de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario