Poco margen se ha dejado Paul Feig para reírse de James Bond, de arriesgar el cine de espias en femenino, de gags de lucimiento de una acción ridícula y se nos muestra tan perdido como Jason Statham mas avezado a las peleas de otro nivel y que se entretiene parodiandose a si mismo. Basado en la premisa que Hitchcock habría desmontado inmediatamente, que un espía agente especial no puede ser gordo, Feig se nos torna simpático, simple y banal hasta perderse en el fondo de la comedia que en su dia pudo ser brillante i cegadora. Melissa McCarthy, acostumbrada a reírse de si misms tampoco encuentra el papel volatizado en el aire ni esta cómoda aunque este escrito especialmente para ella, con lo que le hace un flaco favor a su protector (La boda de mi mejor amiga) en un arranque de carrera espectacular. Poca audacia se le podía presumir a una obesa agente de la CIA que sentada frente a su ordenador desperdicia su talento flanqueada en el desastre por Jude Low y Rose Byrne. El calor puede con todo.
domingo, 28 de junio de 2015
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