Me remite este titulo de Jacques Doillon a aquel Diferente de Alfredo Alaria, allá donde el cine se convierte en danza. Expresión del dolor de nuevo de la perdida en forma de relación masoquista y que puede en algunos momentos sobrepasar la comprension del esforzado espectador.Una relacion de cuerpo a cuerpo entre un hombre y una mujer en el intrincado cuadrilátero de los sentimientos y las dudas. Un trabajo excepcional de Sara Forestier y de James Thierree dibujan en cada secuencia la potencia de la historia, quizá por ser èl el nieto de Chaplin. Además del merito excepcional de la dirección de actores hay que añadir a los secundarios Louise Szpindel y Bill Leyshon. Con poco margen a la improvisación creo, Doillon se ha inventad un paso mas entre las composiciones del odio y la pasión por la danza. Podría ser la versión cinematográfica Un pas a deux?.
lunes, 1 de junio de 2015
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