El cine mexicano como el español lucha para dejar su atras su tradicional carpetovinismo y su reconocida casposidad. Para ello Roberto Sneider en su tercer film, adapta la novela de Jose Agustin, (Ciudades desiertas), en la que una pareja (española-mexicana) se adapta a los nuevos tiempos de la mujer, en una critica velada y en suave broma, al machismo mas recalcitrante. El casting, acertado como pareja, aquello de la quimica, no lo es en lo individual. Gabriel Garcia Bernal seguramente es demasiado dulce para ser tan hijo de su madre, y Veronica Echegui, tambien demasiado adorable para ser "tan" mala. O estan mal dirigidos. Parece apuntar el embrollo que cada quien tiene que tomar las riendas de su vida, pero que si quieres compartir esta, uno lleva siempre mas riendas que el otro. El compartir igualitario no funciona, por educacion, gustos, personalidad, etc. Un actor secundario con amigotes, latino, fiestas, infidelidades y alcohol, pega poco con una escritora becada en EEUU. Y resulta que el pegamento es polaco. Un carismático pero mediocre actor mexicano es abandonado sin previo aviso ni dar explicaciones por su esposa Susana. Tras conseguir algunas pistas sobre su paradero, se da cuenta de que las cosas en su matrimonio no iban tan bien como pensaba y decide ir en su busca desde México hasta el estado de Iowa. Cuando encuentra a su esposa, nota que está muy cambiada y que no quiere volver con él que tendrá que cambiar mucho si quiere recuperarla. En la película, que se estrenó en la sección oficial del Festival de Málaga, sus dos protagonistas forman un matrimonio desgastado por la convivencia se da cuenta de que está perdiendo al amor de su vida, tiene que enmendar sus errores y enfrentarse a una sociedad estadounidense muy cerrada en sí misma.
martes, 23 de enero de 2018
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