martes, 2 de enero de 2018

Recuerdos desde Fukushima

Poesia en blanco y negro.Esta Fukushima travestida de Hirosima, rodada en blanco y negro supone un deja vu, lo que provoca un relato predecible, tanto en lo turistico como cultural japones buscando paralelismos entre personalidad y nacion. Es la confrontacion entre el musico de calle y la geisha donde estan  depositados todos los valores nipones. Otra vez una historia de amistad, esta vez entre mujeres. Con ellas Doris Dorrie remueve sus fantasmas y nos hace meditar sobre ellos.  Una joven alemana que huye a Fukushima para cambiar su vida. Con su trabajo en una ONG espera llevar algo de esperanza a los supervivientes del desastre nuclear de 2011. Pronto se da cuenta de que no está capacitada para ayudar a los afectados, pero entabla amistad con la anciana Satomi, la última geisha de la región que ha vuelto a su casa en ruinas. Juntas, las mujeres descubren que siguen atrapadas en el pasado y deben aprender a liberarse de la culpa y de la carga de los recuerdos. La guionista y directora alemana Doris Dörrie (Cerezos en flor) cuenta en su nueva película una poética historia sobre la vida y la liberación. La cinta está rodada en blanco y negro y, por primera vez, Dörrie graba en escenarios reales de Japón, país que ha influenciado su cine a lo largo de su carrera. La catástrofe de Fukushima le afectó especialmente y la película empieza ahí, seis meses después del terremoto. De la misma forma, ella aprenderá que las reglas pueden romperse. Es la historia de dos mujeres con bagajes totalmente diferentes que viven atrapadas en su pasado y que juntas aprenden a liberarse de los recuerdos en una localización dominada por la tristeza. Los papeles principales están interpretados por Rosalie Thomass (Best chance) y Kaori Momoi (Memorias de una Geisha, Ghost in the Shell), una de las actrices más populares de Japón. Les acompañan Aya Iruzuki (que repite con la realizadora tras Cerezos en flor) y dos debutantes en la gran pantalla: el payaso Moshe Cohen (miembro fundador de la ONG 'Payasos sin fronteras') y el músico Nami Kamata.

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