sábado, 20 de abril de 2019

Gracias a dios

Esta en la boca de todos.Y es que el cine, en el tema de la pedestaria, debe pedir mucho perdon tambien. François Ozon cuida los detalles, los ambientes y la accion a traves de un detective que intenta solucionar un caso. Mirado el tema desde las victimas, consigue no hacer demagogia  Soportado por la interpretacion de tres actores completamente imbuidos en su papel, explicando la intimidad de hombres heridos en su infancia, con hechos reales que no es facil. Un padre  de familia, catolico, cristiano y de momento creyente lo hace publicoy encontranse con la dura muralla de la iglesia y su mecanismos de proteccion y defensa.Divida en dos parte, narra la historia desde los dos puntos  vista, victima y acosador. Polemica en Berlin donde, el director, no solo defendio su pelicula sino que amplio el asunto a otros campos sociales como el deporte, el espectaculo rodado en silencio, aunque denunciando el caso real del padre Prenyat, entoncs en la comunidad de clerigos de Lyon.  La tranquila vida que Alexandre tiene junto a su esposa e hijos, se ve seriamente afectada el día que descubre que el sacerdote que abusó de él cuando era un joven boy scout, sigue trabajando con niños. Ante esta  terrible situación, decide dar un paso al frente e iniciar una cruzada junto a François y Emmanuel, otras víctimas del cura, que les permita liberarse del sufrimiento que llevan años padeciendo. Cuando sus testimonios salgan a la luz, las repercusiones no dejarán a nadie indemne. En 2016, la ciudad de Lyon quedó sobrecogida al destaparse el caso del padre Preynat, un sacerdote que había sido inculpado en decenas de abusos sexuales a menores. Este escándalo, que conmocionó los cimientos de la iglesia e incluso cambió la legislación francesa respecto a este tipo de delitos, inspiró al francés François Ozon (El amante doble) a dirigir un documental que, sin embargo, ha terminado convirtiéndose en largometraje de ficción. Gracias a Dios es el fruto de un minucioso trabajo periodístico del propio Ozon, que convierte estos hechos reales en un poderoso drama coral sobre traumas infantiles, fragilidad masculina y perdón. A pesar de hablar de pederastia en el seno de las instituciones eclesiásticas, esta sobria cinta evita lanzar un mensaje antirreligioso y permite al espectador formularse sus propias preguntas. Con el poder liberador de la palabra como uno de sus temas centrales, el realizador abandona el estilo artificioso de películas anteriores y pone su narrativa al servicio de las diferentes perspectivas de la lucha de sus protagonistas, basados en personajes reales, a los que interpretan Melvil Poupaud ( Frente al mar ), Denis Ménochet ( Custodia compartida ) y Swann Arlaud, Eric Caravaca, Josianne Baliasko y Helene Vincnet.

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