domingo, 31 de enero de 2010

Invictus

Clint Eastwood, con casi 80 años y a punto de rodar otra vez con Matt Damon, Hereafter, pone al dia su conciencia conservadora y despeja algunas dudas sobre sus conceptos del racismo. No incide en el film en el dolor sudafricano que padecio su pueblo no hace tanto. Pero muestra resquemores y odios que todavia perviven entre ambas razas y colores. El drama esta servido, desconfianza y recelos se unen para aprovechar un acontecimiento deportivo para ganar union y pais, un poco al estilo Pep Guardiola. El echo reseñable es el Mundial de rugby que ganaron los seleccionados locales, Springboks, contra todo pronostico.
Convertido por Nelson Mandela, el deporte en vehiculo cultural de unidad civil y politica, Eastwood convierte su film en una sincera y eficaz clase de etica. La tolerancia y el empeño son hasta reiterativos en el loable intento de Morgan Freeman de explicarse y explicar la historia y sus contenidos.
Mejor narrado, esta el libro de John Carlin de cuya idea de 12 folios, partio el importante biopic de Nelson Mandela y cuya descripcion deja Eastwood para los lectores, ocupandose de las 100 ultimas paginas del libro para contar porque uno de los hombre mas maltratados del mundo, eligio la via del perdon y la conciliacion en sus maniobras politicas antes y despues de acceder al poder en el 94 despues de 27 años de prision. Les suena Gandhi.
Muestra el film el esfuerzo populista del presidente para curar el apartheid en una nacion rota, con tanta robustez y claridad como lo haria Harry el fuerte. Que donde juega sucio es en el limite del enfoque que tiene un film deportivo con estereotipo dramatico hasta un relato de importante significacion historica.
Invictus es el verso que se recitaba constantemente Mandela para superar sus momentos bajos y de desesperacion. Es de un autor ingles y no sale en el libro El factor humano de Carlin. Libro que se termino junto con el guion, al que relleno algunos huecos. Tony Kgoroge, Patrick Mofokeng y Marguerite Wheatley interpretan tambien este respetuoso film, que no dilapida en absoluto el merecido credito del autor y que con su etica y profesionalidad no se puede decir de el que es impersonal. Un grandioso y simbolico film que el tiempo engrandecera en el que unos octogenarios, llenos de ilusion, nos hablan del mundo en mayusculas.

No hay comentarios: