Jacques Perrin, es junto a
Jacques Cluzaud, un actor
francés que quiere
emular a
Custeau como realizador de
documentales. Es al final de este,
cuando con un niño vista un museo de especies marinas extinguidas
que mezcla con las anteriores de cruel
expoliación marina. Pescadores asesinos de ballenas por ejemplo que no impiden ver al mar
con escenario
hipnótico en todo su
magno esplendor.
Perrin ha concebido un documento balsámico y la mismo tiempo de denuncia para concienciar sobre el desconcierto y la mala leche de la raza humana en este tema de explotacion de la fauna marina.
Una tesis de gran plasticidad estética, un alegato contra la barbarie por la subsistencia y un poemario filmico submarino. Todo un océano de belleza.
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