Mi doctora dice que ya hablaremos de los efectos secundarios mas adelante. Es lo que me gustaría hacer con este film de subsistencia de Steven Soderbergh, relleno de pastillas, brotes psicoticos, episodios lesbicos, crímenes eventuales y guión imposible de la historia de Scott Z. Burns. Sin mostrar ningún sentimiento a favor o en contra de las farmaceuticas, objeto inicial de la obscenidad del relato cebado en la miseria del cuerpo humana. Pastillas contra el cansancio de esta 28 ava película del director. De elegante puesta en escena, fotografiada por el mismo y con mejores efectos digitales que secundarios. Y para nada secundarios un inquietante Jude Law, un desaparecido Channing Tatum, engarzados por Rooney Mara y Catherine Zeta-Jones con Vinesa Shaw y David Costabile. Film depresivo sobre los antidepresivos, su consumo,sus desconocidos todavía efectos en nuestro cerebro , y los farmacos que no paga el que los receta, los receta el que no los toma y el que los paga no se los toma. Critica corrosiva que se diluye como un azucarillo y que pierde fuerza a medida que avanza como su director hacia la depresión y que va de un film critico a un thriller convencional con destino absurdo.Un batiburrillo final de amigos, psiquiatras, farmacos, somníferos, ansioliticos, marcas que pretenden servir para tomar el pulso a nuestra anestesiada sociedad. Una sonambula suicida es el prototipo elegido para paciente a testar y un medico que reconoce al menos cobrar un pastón por su envenenamiento masivo cierran la farmacia tapando una vez mas este oscuro negocio. Que la cruz verde nos proteja...
miércoles, 10 de abril de 2013
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