A veces entras en un film sin querer. Si que Fisher Stevens, ganador de un Oscar el 2010 por el impresionante documental The Cove, no cuestiona nada. Ni las miradas lánguida de Al Pacino, ni los diálogos escépticos de Christophen Walken, ni porque un Alan Arkin en fase terminal conduce como un trasnporter. Y añade a dos jóvenes, la hija de Arkin, Juliana Margulies y Lucy Punch, una camarera que con su sensibilidad hace las delicias del veterano trio de amigos curtido en mil fechorias. Personajes al vació, 28 años después de una condena de prisión, de pintar amaneceres y de inhalar oxigeno y pastillas que tienen hasta las 10 de la mañana siguiente para poner en orden sus vidas y sus muertes. Comedia mafiosa pero menos, irónica y sarcástica, cine negro crepuscular y cansado que solo pretende reflejar la fugacidad del placer y al mismo tiempo de la existencia, seas gangster o no. Unos tipos legales, los responsables del film.
jueves, 18 de abril de 2013
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