Buen trabajo como siempre este de Andre Techine sumergiendo se en un terreno tan resbaladizo como es la adolescencia, contacto sin dramas y todo ello en un medio rural. Cuando se despierta el amor lo hace donde le apetece. Techine lo recrea entre la amistad de dos jovenes que dudaran de sus verdadera condición sexual, con el guión de Celine Seiamma, en medio de unas continuas peleas. El hijo de un soldado que vive en un cuartel del sudoeste de Francia junto a su madre Marianne, una doctora, mientras su padre está en el extranjero de misión militar. Damien es homosexual, y en el instituto debe enfrentarse cada día al acoso al que le somete Thomas. Sin embargo, cuando la madre de Thomas caiga enferma, y Marianne decida acoger al chico en su casa, la violencia y aversión que sienten el uno por el otro convertirán la convivencia en un problema de difícil solución. A sus más de 70 años, André Techiné (La chica del tren) habla sobre la adolescencia y los problemas inherentes a esta etapa de la vida. Ayudado por Céline Sciamma, aquí guionista, pero directora de otra gran aproximación a la juventud francesa como Girlhood, lo hace desde una perspectiva física, en la que sus dos protagonistas más jóvenes, interpretados por Kacey Mottet Klein (Primavera en Normandía) y el debutante Corentin Fila, exploran sus deseos en un proceso en el que apenas interviene la lógica. Asimismo, también incide en las relaciones materno filiales, representadas en la figura de la madre de uno de ellos, a la que da vida Sandrine Kiberlain (Amar, beber y cantar), que por casualidad también se convierte en la tutora del otro.
viernes, 21 de octubre de 2016
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