Socotra es una isla remota en medio del Índico, a cuatrocientos kilómetros de las costas de Arabia. Es un lugar mítico que ha logrado preservar su flora y fauna primigenias. A ella acudieron indios, griegos y árabes durante siglos, atraídos por las valiosas propiedades de los árboles que forman su vegetación.
En Socotra un grupo de camelleros recorren el interior de la isla, contándose historias durante la noche, reunidos alrededor de un fuego. Un día recibirán la visita de Ahmed Afrar, hijo póstumo del último sultán, un joven ingenuo que les habla del trágico destino de su padre. Relatos de aves fabulosas, brujas y yins… todos hablan de un mundo que desaparece.
El prestigioso realizador, escritor y fotógrafo Jordi Esteva (Komian) dirige este documental en blanco y negro basado en su propia novela. Está producido por Siwa Productions.
La película, rodada en cuidado blanco y negro, trata de un viaje a la remota isla de Socotra en el océano Índico conocida en la Antigüedad por ser la morada, según la leyenda, del ave Roc y el ave Fénix.
Socotra no posee ningún abrigo natural y los monzones, que en otras regiones del Índico propiciaron la navegación y el intercambio, en las costas de Socotra resultaron un gran peligro. El aislamiento ha preservado una flora que parece de otra era. En la isla crecen los árboles del incienso y de la mirra. Abunda el árbol de la sangre del dragón, en forma de seta gigante, de savia roja que utilizaron tanto los gladiadores del Coliseo para embadurnar sus cuerpos, como los lutiers de Cremona para dar la pincelada decisiva a sus Stradivarius.
La película sigue el recorrido por el interior de la isla de un grupo de camelleros que se dirigen a las montañas antes de la estación de las lluvias. Por la noche, alrededor del fuego, se cuentan historias de genios y serpientes monstruosas. En un remoto poblado, los camelleros recibirán la visita de Ahmed Afrar hijo póstumo del último sultán de Socotra quien les hablará del trágico destino de su padre. La película trata de un mundo que desaparece.
Es la primera película hablada enteramente en socotri, una lengua sudarábiga emparentada con el antiguo idioma del Reino de Saba.
Socotra no posee ningún abrigo natural y los monzones, que en otras regiones del Índico propiciaron la navegación y el intercambio, en las costas de Socotra resultaron un gran peligro. El aislamiento ha preservado una flora que parece de otra era. En la isla crecen los árboles del incienso y de la mirra. Abunda el árbol de la sangre del dragón, en forma de seta gigante, de savia roja que utilizaron tanto los gladiadores del Coliseo para embadurnar sus cuerpos, como los lutiers de Cremona para dar la pincelada decisiva a sus Stradivarius.
La película sigue el recorrido por el interior de la isla de un grupo de camelleros que se dirigen a las montañas antes de la estación de las lluvias. Por la noche, alrededor del fuego, se cuentan historias de genios y serpientes monstruosas. En un remoto poblado, los camelleros recibirán la visita de Ahmed Afrar hijo póstumo del último sultán de Socotra quien les hablará del trágico destino de su padre. La película trata de un mundo que desaparece.
Es la primera película hablada enteramente en socotri, una lengua sudarábiga emparentada con el antiguo idioma del Reino de Saba.
Ha participado en festivales y recibido premos como
Visions Du Réel International Documentary Film Festival, Nyon, Abril 2016, Suiza / Málaga Festival de Cine Español, Abril 2016, Spain
Jordi Esteva (Barcelona 1951). Escritor y fotógrafo especializado en África y Oriente. Vivió cinco años en El Cairo. En 2010 comenzó a filmar documentales, casi siempre en blanco y negro, sobre mundos que desaparecen como el animismo en África o la remota isla de Socotra. Ha dirigido en 2010 “Retorno al país de las almas” (Largometraje documental), em 2014, “Komian” (Largometraje documental) y en 2015 ”Socotra, la isla de los genios” (Largometraje documental).
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