No se sabe si el film de Simeon Halligan es un encargo para avisar de los peligros de la independencia. En el film, los escoceses terribles, llevan al extremo máximo de crueldad su no aceptacion de una pareja de ingleses. Realizada en el año del referéndum, apuesta por una casa solitaria en un bello paraje donde todo advierte que se puede vivir de día y morir de noche. Terror rural que dicen quiere expresar las tensiones entre las dos naciones. Un terror muy realista, mas miedo que terrror, en manos de un correcto y parece que favorable a la independencia de Escocia, director británico. Una pareja intenta alejarse de la estresante vida londinense. Para ello, se trasladan hasta una bucólica granja situada en medio de los campos de Escocia. Tienen lo que querían, un hermoso y aislado paisaje natural que, sin embargo, al caer la noche se volverá inhóspito y desalentador. Será en este momento cuando se den cuenta de que no están solos, y de que sus visitantes les van a enseñar un nuevo significado de la palabra bienvenida. Tras Splintered, Simeon Halligan dirige su segundo largometraje de terror con una cinta que se inspira en clásicos como Perros de paja o Eden Lake para hablar de la eterna rivalidad entre ingleses y escoceses en una cinta que cobra actualidad tras los recientes referéndums británicos. En lo puramente cinematográfico, Halligan dirige con pulso un thriller, rural y angustioso en el que los giros de guion ayudan a mantener la tensión. La promesa del género Pollyanna McIntosh (Filth, el sucio) y Lee Williams (Los Tudor) protagonizan los ingleses que se verán en apuros a causa de sus poco hospitalarios vecinos escoceses, a los que dan vida Garth Maunders (Arthur and Merlin) o Dominic Kay.
lunes, 17 de octubre de 2016
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