Una España partida por la mitad originó la última Guerra Civil (1936-1939) y ochenta años después de su inicio aún genera un abundante caudal informativo, editorial y cinematográfico como el documental estrenado en Valladolid Francesc Escribano, al que ha puesto color "para marcar distancias". "No sabemos cuántas generaciones tienen que pasar para que no duelan las heridas provocadas por una guerra civil. En el caso de España, tenemos muchos relatos desde el punto de vista de los vencedores y vencidos, de buenos y malos, que hubo de todo, pero nosotros hemos querido mostrarla desde los hechos y con distancia", ha explicado el realizador. El punto de partida son las imágenes del conflicto tomadas de la Filmoteca Nacional, principal fuente de "España en dos trincheras. La Guerra Civil en color", el documental que Escribano y Luis Carrizo presentan, fuera de concurso, en la sección Tiempo de Historia de la 61ª Semana Internacional de Cine de Valladolid. "Hemos pretendido ser distantes en lugar de equidistantes, es decir rigurosos, fieles a los hechos tal como fueron, sin carga ideológica, sin perspectiva moral para que cada cual los vea y si lo desean saquen sus conclusiones".
Para ello, se han servido del color como una forma de aproximar más al espectador el acontecimiento y, por otra parte, de favorecer el entendimiento junto a un guión que explica de forma cronológica el origen, desarrollo y consecuencias de la contienda fratricida. La aplicación del color a las imágenes en blanco y negro es el resultado un proceso muy laborioso que ha durado dos años y exigido, entre otros procedimientos, la digitalización de las imágenes y el escaneado de las gamas cromáticas cuya aplicación final ha requerido del asesoramiento de especialistas en indumentaria, maquinaria y armamento militares "para garantizar el máximo rigor". "Un plano de cuatro segundos ocupaba el trabajo de una persona durante una semana", ha puesto como ejemplo Escribano (Vilanova i la Geltrú, 1958), con una experiencia audiovisual de más de un cuarto de siglo en TVE y TV3-Televisió de Catalunya que dirigió entre 2004 y 2008. La idea partió de Alejandro Flores, director de Contenidos de Discovery Chanel+ después de comprobar el éxito que entre los espectadores jóvenes habían alcanzado iniciativas similares en filmaciones de la II Guerra Mundial.
"Alrededor de la Guerra Civil ha habido mucha ideología y poco hechos", ha insistido el autor de este documental que en algo más de hora y media analiza la profunda división social y política de la España de los años treinta, donde se encuentran las raíces de un conflicto que se relata de forma cronológica. Además de la Filmoteca Nacional, los productores han consultado archivos de partidos y sindicatos para tratar de explicar las causas, desarrollo y consecuencias de una tragedia donde las filmaciones que se conservan de ella fueron rodadas en blanco y negro en más de un noventa por ciento. "Entonces no existía el reporterismo de guerra, sino filmaciones encargadas con fines propagandísticos y muy poco rigurosos". Uno de los escasos testimonio originales y rodados en color data de 1938, se titula "Defensores de la fe" y fue dirigido por Matthew Hall por encargo de Russell Palmer, presidente de un grupo de presión estadounidense en favor de Franco, e incluye fragmentos de la toma de la toma de Teruel y de Castellón, así como de varias acciones de la legión, de combatientes moros y servicios sanitarios.
"Pero eran momentos puntuales y no un recorrido global como se ha hecho ahora", ha precisado Escribano, quien en la misma línea de riesgo ha producido la 'tv movie' "Cervantes contra Lope", estrenada en esta 61ª Seminci, dirigida por Manuel Huerga y donde, a través del formato de falso documental, ambos escritores se confiesan delante de un entrevistador para dirimir sus cuitas personales y literarias. EFE
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