viernes, 12 de octubre de 2018

Climax

Gaspar Noe que ya incomodó al respetable con Enter te void, ahora lo hace con una fiesta juvenil con claustrofobia incluida, en la que veremos como el hombre primitivo avanza bailando hasta la muerte realizando asi ritos ancestrales. La desenfrenada orgia trampa se manifesta alla por los noventa, en los que a tenor de lo visto, afloraron innumerables Mr.Hyde, especialmente de noche. Unos buenos numeros musicales llevaran a los jovenes danzantes al extasis, al borde de la extincion. Una exhuberante pesadilla para los que, sensatos y expectantes, no mueven el cuerpo. Provocador innato, recuerden la secuencia en tiempo real de la violacion de la Bellucci, (Irreversible) hay que reconocer su gran estilo personal, demasiado personal. Un grupo de jóvenes bailarines se reúne para una jornada de ensayos en un inhóspito colegio abandonado. Tras completar el espectacular número de apertura, comienza una esperada noche de fiesta y celebración que pronto se convertirá en algo onirico. Sin ser conscientes, todos han bebido de una sangría cargada con LSD que les provocará un viaje psicodélico que irá desde la euforia hasta la mas salvaje anarquía que generara romances, rivalidades y violencia. Gaspar Noé (Love), uno de esos directores incapaces de dejar indiferente a nadie, se rebela contra la falsa trascendencia de la existencia y propone vivir el presente en una cinta donde el amor y la danza emergen como algunos de los placeres (unos constructivos, otros destructivos) que justifican el paso por la Tierra. Como es habitual en la filmografía del cineasta francés, estamos ante otra película provocativa y rompedora con cualquier estereotipo cinematográfico en la que traslada sus propios sueños y pesadillas, inspirado en hechos reales. De este modo, la historia de un grupo de bailarines que, tras uno de sus ensayos, celebran una fiesta, se convierte en un festival de sexo, baile y violencia en el que el realizador da rienda suelta a su lado más caótico. Sensual y excesiva, a veces hermosa y brutal, premiada en el Festival de Cannes cuenta con la polifacética Sofia Boutella (La momia) y un grupo compuesto por algunos de los mejores bailarines de Francia, (Roman Guillermic, Souheilla Yacoub, Koddy Smile o Claude Gajan Maulique) que improvisan interesantes números de baile al ritmo de clásicos de los 90.

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