lunes, 1 de octubre de 2018

Oreina (Ciervo)

 Primer largo de Koldo Almandoz (Sipo Fantasma) donde repasa diferentes temas donde opina asi como se pregunta otros de manera elegante. Hablada en un euskera nada convencional  narra cosas publicas e intimas de los personajes que llenan de coraje. El tema es un clasico del cine vasco: dos hermanos conviven en un caserio sin hablarse y llega un emigrante superviviente, pescador furtivo de angulas que establece una cruda relacion con uno de ellos. El cuarto personaje es como siempre el paisaje donostiarra roto por poligonos industriales y fabricas humeantes. Un joven desarraigado que vive en la periferia, allí donde la marisma y el río se encuentran. Mientras intenta ganarse la vida como puede, pasa sus días junto a un anciano que comparte casa con su hermano, con el que hace años que no se habla. Cerca de este lugar, donde una joven sueña con cambiar su rutina y los prejuicios, la homofobia y el racismo hacen acto de presencia, las mareas definen el tiempo del amor y el desamor, de la amistad y la venganza. Con varios cortometrajes y un par de documentales a sus espaldas, el donostiarra Koldo Almandoz hace su debut y  se adentra en un territorio que le es de sobra familiar, el de la marisma guipuzcoana. En este paraje, donde las mareas influyen directamente en la vida de flora, fauna y gente, surge una historia de periferias, tanto por el lugar en el que desarrolla, como en lo referente a la situación social y emocional de sus protagonistas. Con un tono entre lo realista y lo impresionista, ambienta en los paisajes lluviosos de la costa vasca un relato de amistad, traición, amores furtivos y no correspondidos, solidaridad o venganza en el que el espectador, mero testigo de los acontecimientos, se genera sus propias preguntas y respuestas, siempre con el arraigo y los prejuicios de fondo. Actores profesionales Patxi Bisquert (Celda 211), Ramón Agirre (Bajo la piel de lobo) o Iraia Elías (Amama) comparten con los debutantes Laulad Ahmed y Erika Olaizola este film que difumina el límite entre realidad y ficción.

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