jueves, 11 de octubre de 2018

Viaje al cuarto de una madre

Una madre viuda cose y enseña la profesión a una hija que plancha, con lo que ganan algun dinerillo.La generacion ,el trabajo y demas hechos les procuran suficiente material para discusiones que no tienen desperdicio y que nos permiten disfrutar con su interpretacion.La hija se prepara para marcharse de la casa en la que vive con su madre y empezar a trabajar, pero no sabe cómo lo va a decir. Por su parte, su mande teme qué será de su hija cuando se vaya, aunque es consciente de que no puede retenerla a su lado para siempre. El estrecho vínculo que hay entre ambas se tambaleará, y les obligará a adaptarse a esta nueva etapa en la que una inicia una nueva vida y la otra debe sobreponerse a la soledad y entender que, en este caso, querer significa dejar ir. Aunque es ley de vida que llegue la hora de que los hijos abandonen la comodidad del hogar paterno, no existe una única forma para afrontar este traumático momento. Esta idea es la que sirve a la directora novel Celia Rico Clavellino (Luisa no esta en casa 2012) para su ópera prima, un conmovedor drama que indaga en el estrecho vínculo entre madre e hija, a veces confortable y a veces asfixiante, que está a punto de cambiar para siempre con la independización de la joven. A diferencia de la mayoría de films que abordan este hecho trascendental en el seno familiar y no sólo se centra en las emociones del que se marcha, sino también en el vacío que deja en aquellos que se quedan atrás. De este modo, la película cuenta una historia de lazos familiares y relaciones a distancia donde sus personajes aprenden que quererse, muchas veces, es hacer sacrificios personales en favor del otro. Las Goya Anna Castillo (La llamada) y Lola Dueñas (No sé decir adios) protagonizan esta cinta premiada en el Festival de San Sebastián donde participan Pedro Casablanc (Thi Mai) y un premio de la Academia, Adelfa Calvo.

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