Juan Gutiérrez es un hombre que intentó mediar para alcanzar la paz entre la banda terrorista ETA y el gobierno español. Roberto es el espía de los servicios secretos que se encargó de infiltrarse durante años en su vida y la de su familia. Este documental relata la insólita amistad que surgió entre ambos, a pesar de la traición y el misterio, así como la relación entre los cineastas con el agente de inteligencia y sus intentos, la mayoría infructuosos, por desvelar su escurridiza identidad. Cuenta Ana Schulz, codirectora de este molesto para algunosdocumental junto a Cristóbal Fernández, que, de todas las historias extravagantes de su familia, la de su padre, Juan Gutiérrez, y su amistad con el hombre que le espió durante años, se lleva la palma. Mudar la piel es una demostración más de que, a veces, la realidad supera a la ficción, una película en la que Shulz y Fernández intentan comprender cómo se fue forjando este extraño vínculo de afecto entre dos hombres llamados a ser enemigos, pero que, a pesar de la traición, nunca dejaron de ser aliados. Junto al misterio de quién era realmente aquel hombre que irrumpió en sus vidas, que intenta resolver apoyándose en mecanismos propios del thriller de espionaje, esta ópera prima también hace una radiografía, por momentos contagiada del carácter esquivo y ambiguo de su enigmático personaje, del conflicto vasco en la década de los 90, así como del papel que jugó Gutiérrez en aquella época como protagonista anónimo de uno de los momentos históricos que marcaron la Euskadi del siglo XX, cuyos esfuerzos por conseguir la paz chocaron con los intereses políticos.
martes, 9 de octubre de 2018
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