Justo lo ultimo que esperábamos de Manuel Carballo director de esta hispanomexicanada. Sin duda ha pasado el tiempo del cine de parasicologia religiosa que creo que empezó y termino con La semilla del diablo del gran Polanski. Secundarios de la talla de Antonio Dechent y Federico Luppi, en un esfuerzo interpretativo intentan hacer olvidar la vacuidad de la trama que ni mas ni menos es: un fotógrafo de guerra empieza a observar que le quieren matar precisamente a el. Su interés por descubrir a su candidato a asesino, le lleva a un hospital donde nació y que en la actualidad esta controlado por una peligrosa y sádica secta religiosa.
Por otro lado la policía le busca porque piensa que el es el autor de una serie de crímenes en un difícil cruce de dos formas de entender el cine y que en vez de potenciar el thriller lo que hace es quitarle acción, y sobretodo atmósfera, elemento con que siempre han jugado para tapar agujeros los grandes maestros.
Al film solo le falta un culpable de mentirijillas que también aparece por ahí, decidido a soportar todo el peso de la justicia. El ultimo que pague la luz y los platos rotos.
lunes, 3 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario