Esplendida película de casa, del ESCAC, con una autora, Roser Aguilar, que compartio estudios con J.A. Bayona, aunque su linea, como veremos ahora, no es de momento el entretenimiento sino la sugestión y la intelectual retorica. ¿Estaremos delante de otra Coixet, Ripoll o Vergés?. Con un film que pasa en un suspiro como si fuera una metáfora de lo que cuenta que es la perdida de la felicidad. Y lo mejor es lo que el film sugiere a cada espectador, lo que podría haber pasado a nuestras vidas y no fue. La vida es molificación, lazos, pero también pactos y desafectos. Las heridas son cicatrices eternas y Marian Alvarez premiada y esplendida en Locarno, Juan Sanz, Luis Homar o Alberto JImenez. las llevan en su corazón y las muestran sin decoro ni vergüenza. Un film de amor, enfermedad (ese hígado traidor) y generosidad (la donación sin condiciones de un tozo de ti para que otro supere su carencia) hacia unos cuerpos que un día compartieron nuestros sueños.
El mundo de la comunicacion y el deporte unidos por la cotidianeidad, el optimismo de la juventud y la eterna búsqueda del a felicidad. Narrativa plácida y argumento sustancial para una comedia intimista tan perfecta como cualquier relación de pareja al uso. O sea segun circunstancias.
sábado, 8 de marzo de 2008
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