El tema del nazismo sigue dando que pensar, que decir y sobre todo que preguntar, como hace el film de Paolo Barzman. ¿Se puede ser feliz si se ha sobrevivido a tanta crueldad y brutalidad? ¿Se puede seguir después de haber conocido el lado mas oscuro y tenebroso de la condición humana? ¿Puede una sencilla relación de obediencia causar tanto dolor y daño?. Tres supervivientes, Susan Saradon ,Gabriel Byrne y Max Von SYdow, que trio genial, se encuentran, cansados, 40 años después de la barbarie para intentar responderse.
Lo hacen en una granja canadiense, propiedad de la mujer en un momento complicado para su unidad familiar. Este encuentro entre los restos de la memoria, permite al televisivo director valorar el paso del tiempo en los personajes, contar algunas de sus experiencias traumáticas y contrastar el dolor que en ellos han dejado las terribles secuelas.
Cuenta la historia del menos conocido campo de Drancy, situado en las afueras de París, donde eran encerrados los considerados un peligro para el régimen nazi, a la espera de ser deportados a Auschwitz para su exterminio. Allí se dibujan los tres personajes: mujer americana judía ya sin padres, joven ingles retenido por error y un disidente polaco, mas mayor, que les acoge como puede bajo su protección.
Pasado y presente de una ignominia atroz. Un film que nos hace pensar que todavía hoy , cerca de nosotros hay humillaciones, inhóspitas prisiones con alambre de espino y cámaras de tortura. Una aritmética mal estudiada que produce aún bajas y repulsivas pasiones y que encarna en la pelicula un magnifico Christopher Plummer.
sábado, 7 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario