Basada en una miniserie sobre la guerra fria y el armamento nuclear de la era Reagan, el film de MArtin Campbel ha perdido todo su contenido politico. El tiempo ha pasado y lo nuclear armamentistico ya no esta de moda excepto en Iran que son de otra pasarela. El film propone una violencia mas expeditiva que Hiroshima, pero todo acaba en el pistoletazo que te crio del otra vez arma letal Mel Gibson, que es lo que mata de verdad, a mas gente y mas barato si comparamos el coste de una bala del 45 con una bomba de neutrones es un decir.
Si que el film en su primera parte intenta profundizar en la inteligencia de Gibson, pero lo abandona en pro de la produccion, que prefiere el cine de accion al uso, carreras, tiroteos y desmadre balistico. Dos horas sin meter el pie a fondo en el cine politico, que quema. Como dice el propio actor en una secuencia , no tiene nada que perder. Y es verdad, con una loca carrera tan consolidada, a su edad, como Ray Winstone o Danny Huston, el actor que siempre sera MAd MAx o Braveheart, puede vacilar, caerse, ser mas lento que su enemigo, pero siempre lo derrotara con su humillante sonrisa. Hollywood quiere el regreso de su estrella perdida no hace tanto y ya se sabe que como la letra, con sangre entra.
sábado, 27 de febrero de 2010
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